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La Iglesia en el siglo XIX

Hubo una vez un viajero del tiempo, él era católico y le gustaba mucho investigar sobre la historia de la iglesia, leyendo un día en la biblioteca descubrió que durante el siglo XIX la Iglesia y Europa sufrieron muchos cambios, por esto decidió viajar e investigar por él mismo.

Gracias a un túnel que vencía las leyes espacio tiempo logró llegar a Europa durante  siglo XIX y se encontró con una guerra llamada Revolución francesa en donde muchas personas peleaban por tener derechos y ser tratados mejor. Al terminar esta guerra un las personas comenzaron a hablar sobre una nueva forma de pensar llamada liberalismo en la cual las personas defendían su libertad de pensar y buscaban la verdad. Todo esto confundía al viajero porque no sabía en qué se relacionaba con la iglesia pero fue cuestión de tiempo para saber…

Al caminar por las calles de Europa él le  pidió a personas que le explicaran que se hacía exactamente con el liberalismo y por qué al decir que era cristiano lo despreciaban. La explicación fue que las personas liberales estaban en contra de las tradiciones y los valores de la iglesia por lo que consideraban a la iglesia su enemigo y comenzaron a atacar a los católicos y a la iglesia…

El viajero se preguntaba por qué la iglesia no se defendía o hacía algo pero lo que no sabía era que pronto lo haría. Guiado por su libro sobre el siglo XIX volvió a entrar al túnel y cayó en la época en donde los hombres buscaban explicaciones a todo. Ahí conoció a un hombre de apellido Kant que le explicó sus ideas y cómo podía defender la fé católica. Estaba tan grave la situación que que el viajero leyó en un diario que el papa Pío IX publicó dos libros, uno llamado Quanta Cura y Syllabus en los cuales respondía a todas las cosas malas que las nuevas formas de pensamiento de las personas acerca de la iglesia.

Esto no fue suficiente ya que tuvo que llamar a todos los padres del mundo y reunirlos, esta reunión se llamó Concilio Vaticano I. En esta reunión hablaron temas sobre la fé, las nuevas ideas, la forma correcta en que los seres humanos podían usar la razón para pensar sobre la existencia de Dios y cómo el  Papa guiaba a la iglesia sin errores con ayuda de personas que lo ayudaban en las decisiones.

El viajero al leer todo esto se alegró porque sabía que la iglesia se estaba defendiendo y sin usar la violencia. Siguió caminando y encontró una biblioteca, su debilidad, y entró lleno de curiosidad. Encontró otro libro que también hablaba de la iglesia pero este era diferente ya que hablaba sobre lo que se estaba viviendo en esa época se relacionaba entre sí.

Tomó su libro guía y entró nuevamente al túnel con destino a Gran Bretaña en el siglo XVIII. Al llegar vio muchas personas peleando entre sí por lo que buscó refugio en una casa. A salvo encontró un periódico donde explicaba que estaba pasando. “Los obreros de todo el país han  decidido revelarse y pelear por salarios más justos, menos horas de trabajo y más seguridad. Luchaban por poder reunirse en grupos y discutir sus derechos, estos grupos eran llamados sindicatos” el viajero el leer esto se asustó y quizo huir de esa época tan problemática y volver a la comodidad de su época. Pero su curiosidad lo venció y decidió salir a seguir investigando. En otra página del periódico leyó un artículo sobre un hombre que con sus ideas defendía a los obreros: “Las personas deben tener los mismo derechos y bienes y el gobierno debería administrarlos adecuadamente para que haya igualdad. Mi forma de pensar apoya al comunismo, es decir que todos tengamos los mismos bienes en común”. Este hombre se llama Karla Marx y era muy respetado en esa época. Al viajero le gustó su forma de pensar pero al analizarlo no sonaba justo para todos.

Al salir de la casa corrió por el caos que había en las calles y decidió investigar sobre que decía la iglesia al respecto.  Entró en su túnel y viajó a Roma donde encontró otro periódico que decía: “El Papa León XIII publicó un libro muy grande llamado encíclica Rerum novarum en donde hacía un análisis sobre los problemas de los obreros y las diversidad maneras de solucionarlos sin necesidad de la violencia. Señala que es difícil establecer los derechos y obligaciones de los obreros de manera justa”. El viajero entendió que la iglesia buscaba en bien de todos pero era muy difícil debido a todas las luchas y las diferencias de la época. Pero aún se preguntaba por qué era tan difícil para iglesia convencer a las personas. Al hablar con muchas  personas haciéndose pasar por un detective concluyó  que las mismas personas con sus pensamientos estaban desprestigiando a la iglesia. Sentían indiferencia ante lo que ella les decía y tenían actitudes antirreligiosas.

El viajero sintió tristeza al saber esto porque él amaba a la Iglesia pero sabía que cercano a esa época donde se encontraba la iglesia daño mucha gente y había perdido su credibilidad por lo que necesitaba cambiar…

Recordó que en un capítulo de su libro había leído que las Iglesia pasaba por una etapa de cambios y renovación por lo que decidió viajar allá. Al llegar entro a un lugar llamado Monasterio, no recordaba donde había leído sobre estas instituciones pero quería que alguien le recordara. Llegó un hombre vestido con un traje chocolate que se hacía llamar fraile este al verlo lo recibió y lo invitó a pasar. El viajero decidió preguntarle sobre cómo se había originado el lugar pero el fraile le contó algo mucho mejor, cómo fue el cambio de la iglesia. “La iglesia al saber de sus errores empezó a renovarse desde dentro y dio origen a nuevos grupos religiosos llamados congregaciones, también quiso ayudar a las personas que vivían en lugares donde era casi imposible que la fe católica llegara y comenzó a desarrollar misiones que eran viajes a esos lugares lleno personas que necesitan saber acerca de Dios, la Iglesia al ver que muchas personas se unían a ella gracias a los misioneros siguió con este proyecto” dijo el fraile mientras almorzaban. El viajero descansó toda la tarde pero aún tenía dudas ya que quería saber cómo en su época habían escuelas y universidad cristianas y cómo llegaron a América. El fraile le regaló otro libro para su colección el cual explicaba que los españoles fueron los que llegaron a América con la fe católica y evangelizaron a los nativos, al irse los españoles sus creencias quedaron. Leyó que la iglesia sentía un gran amor hacia los niños y jóvenes por lo que formó congregaciones que se dedicaban a educar a los niños y jóvenes incluyendo la fé cristiana. Estas instituciones fueron creciendo hasta convertirse en universidad muy prestigiosas que enseñaban clases de teología y se esparcieron por el mundo.

El pequeño viajero decidió que ya su viaje del día había culminado y que sus papas debían estar preocupado por el en casa por lo que le agradeció al fraile su hospitalidad y entró al túnel devuelta a su época con todas sus dudas resueltas.

           

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