Papa León XIII
Hola, Soy el papa León XIII Nací el 2 de marzo de 1810 en Carpineto (Frosinone), Estados Pontificios. Mi mamá me contó que fue un día muy hermoso, un día especial, claro que las mayorías de las mamás dicen eso. De niño fui muy inquieto e inteligente, me gustaba leer y era curioso. Estudié con los jesuitas de Viterbo (1818-1824) y en la universidad de Roma. Luego en la Academia de Eclesiásticos Nobles, la escuela de capacitación para diplomáticos del Vaticano, y en la universidad della Sapienza de Roma. Me gustaba estar con mis compañeros ya que compartíamos mucho en común en especial el amor que le teníamos a Jesús y a la iglesia.
En 1837 entré a formar parte del personal doméstico del papa con el título de monseñor, estaba muy emocionado pero al mismo tiempo nervioso porque no sabía qué esperar, más tarde fui ordenado sacerdote y nombrado gobernador de Benevento el mismo año, era un cargo muy importante lo cual me estresaba un poco pero con ayuda de Dios pude ejercerlo. En 1843 comencé a ejercer como arzobispo y nuncio apostólico del papa en Bruselas. Apoyé a los obispos belgas en su postura contra la política de colaboración con el Partido Liberal que enfrentó al rey Leopoldo I, por lo que abandoné Bélgica, fue muy difícil irme pero era lo mejor en ese momento.
Me nombraron obispo de Perugia en 1846, en 1853, cardenal, y, el 20 de febrero de 1878, al día siguiente de cumplir 68, años fui elegido Papa. Mis encíclicas se hicieron eco de la encíclica de Pío IX, Syllabus errorum (1864), y se sumaron a la postura tomada por el papa Gregorio XVI contra la libertad de prensa, de conciencia y culto, y contra la separación de la Iglesia y el Estado, aunque también expuse su convicción de que la filosofía moderna subjetivista estaba en la raíz de los problemas sociales y políticos en la encíclica Aeterni Patris (1879), que abogaba por el restablecimiento de la filosofía de santo Tomás de Aquino como base de la renovación social y política, y a la que siguieron ochenta y ocho declaraciones sobre teoría y práctica política, y la encíclica sobre la condición del trabajo, Rerum novarum (1891).
Fallecí el 20 de julio de 1903 en el Vaticano seguro de que había cumplido con mi misión de forma correcta.