Juan XXIII
Nací como Angelo Giuseppe Roncalli, el 25 de noviembre de 1881 en Lombardía, Italia y morí a los 81 años el 3 de junio de 1963 en La ciudad del Vaticano, soy muy conocido porque a pesar de que me escogieron para ser Papa a los 77 años con el fin de que estuviese poco tiempo, sorprendí al mundo convocando un concilio ecuménico que renovara la vida de la iglesia y adaptara una disciplina eclesiástica que para aquel tiempo se necesitaba con urgencia, lo llamé Concilio Vaticano II, fue una tarea muy difícil todo esto de renovar la iglesia católica e intente mantener el diálogo con otros líderes de distintas tendencias como ortodoxos, protestantes y judíos.
Mi interés por los temas sociales, la paz y la cooperación internacional me impulso a escribir muchas encíclicas en las que destacaron Mater et Magistra (Madre y Maestra, 1961) y Pacem in Terris(Paz en la Tierra, 1963) esta ultima la escribí durante plena guerra fría después de la llamada “Crisis de los misiles” se conoce así al conflicto generado a raíz del descubrimiento por parte de Estados Unidos de bases de misiles nucleares soviéticos en territorio cubano. Todos estos documentos escritos por mi marcaron el papel de la iglesia católica en el mundo actual.
La gente me recuerda con cariño por mi notable sentido del humor, optimismo y personalidad entrañable, me llamaban <<El Papa bueno >> concordaba al igual que Pío XI en que el diálogo era la mejor forma para dar solución a un conflicto, reduje la vida de lujo que, en ocasiones, llevaban los obispos y cardenales, dignifique las condiciones laborales de los trabajadores del Vaticano, que hasta ese momento carecían de muchos de los derechos de los trabajadores de Europa, y por primera vez en la historia nombré cardenales a indios y africanos, canonicé a San Martín de Porres quien fue el primer santo negro de América.
Pero el punto culminante de mi trabajo apostólico fue, sin dudas, mi iniciativa personal, apenas tres meses después de mi elección como pontífice, de convocar el Concilio Vaticano II. Con todo, al momento de mi muerte acaecida el 3 de junio de 1963, apenas había transcurrido la primera de las etapas conciliares —que finalmente alcanzarían el número de cuatro—, sin haberse promulgado ningún documento y sería mi amigo Pablo VI quien enfatizaría los propósitos básicos del concilio y lo guiaría a través de las tres etapas conciliares siguientes hasta el final.
Mi muerte causo revuelo en el mundo cristiano, fui honrado con las banderas de casi todos los países del mundo a media asta, poco después de mi muerte se abrió el proceso de mi beatificación, pues gozaba de gran fama de santidad y En el año 2000 fui beatificado por Juan Pablo II.
No duden, mi legado fue mi pasión por la Paz ;)
