Benedicto XVI

Permíteme presentarme, mi nombre inicial fue Joseph Ratzinger, fui llamado así por mi padre. Nací a las 8:30 del 16 de abril de 1927, en la casa de mis padres en Marktl, Baviera, Alemania y, por gracia de Dios, fui bautizado ese mismo día.

Soy el tercer y último hijo. Mi padre, Joseph Ratzinger fue un oficial de policía, y mi madre, Maria Peintner era cocinera. Mi hermano, Georg, es sacerdote y ex director del coro de Regensburger Domspatzen y mi hermana, María, nunca se casó y vivió en mi casa hasta su muerte en 1991. Asistí a la escuela primaria en Aschau am Inn. Pero me vi en la obligación de interrumpir mis estudios al estallar la II Guerra Mundial, durante la cual fui asignado a una unidad antiaérea en Munich siendo miembro de las Juventudes Hitlerianas. Como soldado alemán fui hecho prisionero e internado en un campamento, pero fui puesto en libertad en mayo de 1945, al final de la guerra. Cursé mis estudios en la Escuela Superior de Filosofía y Teología de Freising y en la Universidad de Munich. Mi llamado vocacional fue a temprana edad y en 1951 me ordené sacerdote, obteniendo el doctorado en Teología dos años después. Desde 1952, fui encargado de Dogmática y Teología en Freising, y posteriormente me nombraron profesor en Bonn, Münster, Tubinga y Ratisbona, donde también fui Vicepresidente de esa universidad. Para ese entonces me vi en la necesidad de alzarme como un defensor de la fe frente al marxismo y el ateísmo creciente de la juventud. Participé en el Concilio Vaticano II en la década de los 60 y mi espíritu de convertir a la iglesia en una institución más abierta fue lo que hizo que empezara a aparecer mi nombre en todas las polémicas dentro de la Iglesia católica para frenar los intentos de reforma de colegas más progresistas. En Alemania, por ejemplo, mi nombre va ligado al pulso que mantuvo el cardenal Karl Lehmann, presidente de la Conferencia Episcopal alemana, en torno al debate sobre el aborto. En 1977 comencé a ejercer como Arzobispo de Munich-Freising llegando ese mismo año a ser Cardenal de la mano de VI. Fui también uno de los máximos valedores para que Karol Wojtyla se alzase proclamado Papa y decidí acompañarle hasta el final de su papado, ejerciendo siempre de guardián de la doctrina, en especial cuando fui nombrado Prefecto para la Congregación de la Doctrina y la Fe. Desde entonces fui también Presidente de la Comisión Teológica Internacional y de la Pontificia Comisión Bíblica. Desde 1986 presidí la Comisión encargada de elaborar el Catecismo de la Iglesia Católica y otras obras, entre las que destacan "El Nuevo Pueblo de Dios" y "Teoría de los principios teológicos". El 19 de abril de 2005 el cardenal alemán durante el conclave reuní los votos necesarios para convertirme en el 265 Pontífice de la Iglesia católica después de un día y medio de deliberaciones. Fue entonces cuando elegí mi nombre actual: Benedicto XVI y durante mi papado mi trabajo sólo intensificó mi lucha contra las injusticias y los paradigmas erróneos sobre la iglesia católica. Sin embargo, El 11 de febrero de 2013 anuncié mi decisión de abandonar el pontificado el 28 de febrero siguiente porque había llegado a la certeza - de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino. Después de retirarme de la Ciudad del Vaticano, 115 cardenales eligieron el 13 de marzo de 2013 al cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio, como el Papa Francisco, y desde entonces me dedico a orar fervorosamente por la iglesia de Cristo y a seguir defendiendo su doctrina.